«Nos engaña más a menudo la razón que la naturaleza»
Luc de Clapiers de Vauvenargues

Un escorpión ha de atravesar el río y, como no sabe nadar, le pide a una rana que lo lleve a la otra orilla.
La rana replica: ¡Te crees que estoy loca! ¡Me picas y me ahogo!
Y el escorpión: ¿Qué sentido tendría, rana? Si tú te ahogas, ¡yo también moriré!
Convencida por estas palabras, la rana acepta, pero a mitad de la travesía nota una punzada dolorosa. ¿Por qué lo has hecho, escorpión?
¡Ahora moriremos los dos!
Lo siento, rana, pero ¡está en mi naturaleza!
Cuando escuchamos atentamente a nuestro interlocutor pueden surgir reflexiones que a veces, ni queriendo, vienen a la mente.
Justamente esto me ocurrió el otro día, intercambiaba unas palabras con un buen amigo y ya se sabe lo que pasa, de una cosa se pasa a la otra, de ahí surgió que terminamos hablando de esta metáfora o fábula tan popular y de repente algunas palabras asaltaron mi mente. “Miedo y Temeridad”.
Esto me hizo recordar una anécdota: Cuando era pequeña, en el pueblo donde me crie había unos enormes montes de arena, en realidad era un arenero, las máquinas excavadoras sacaban de allí la arena y removían constantemente el lugar. El terreno es bastante árido y era corriente ver a estos animalitos de excusada fama “los Escorpiones” paseando por allí.
Mi hermano, terrible investigador de todo bicho que se movía se pasaba muchas de esas calurosas tardes de verano en el arenero, yo por mi parte encontraba más interesante observar bichos que jugar con muñecas, por lo tanto era su incondicional acompañante.
Cosas de niños o travesuras, pero visto desde una mente adulta, eran conductas temerarias. ! Provocar la ira de los Escorpiones!
Con alcohol y algodón mi hermano hacia un cerco alrededor del escorpión, obviamente todos conocemos los mecanismos de defensa de este animal, cuando se siente agredido saca su aguijón y “pica”, claro al verse indefenso y acorralado, automáticamente si no pueden picar a su agresor se introducen su propio aguijón en la cabeza y se matan.
El Escorpión sentía miedo y mi hermano parecía no tener ninguno, sin duda una conducta bastante temeraria ya que corríamos el riesgo de ser picados.
Volviendo a la fábula de la “Rana y el Escorpión” el ser humano se mueve a través de emociones y sentimientos, al igual que el Escorpión, a veces el no saber gestionar o no ser conscientes de nuestro «miedo» puede causar daño al otro, sin embargo es más fácil juzgar la naturaleza de las cosas que posicionarnos en su lugar . En otras ocasiones podemos ser Ranas y desconfiar porque juzgamos tal naturaleza, pero a la vez somos desafiantes ya que si negamos la percepción real hacia el otro, de sus emociones y sus sentimientos nos podremos encontrar ante una situación que nos dañe.
El aprendizaje es bidireccional, podemos ser Escorpiones o bien Ranas, aprender de nuestros errores haciendo conscientes nuestros miedos, nuestra inseguridad y por otro lado haciéndonos conscientes de nuestra realidad, de nuestras percepciones y aceptando nuestras limitaciones… Porque a veces “No es quien quiere, sino quien puede”
@Rosafernanpsi